
La sustentabilidad
En este sentido la sustentabilidad puede definirse como el patrón que asegura a cada una de las generaciones futuras la opción de disfrutar, al menos, el mismo nivel de bienestar que disfrutaron sus antecesores. El agotamiento de algún recurso natural o la disminución de algún servicio ambiental no deben preocupar tanto, porque inevitablemente generarán procesos de cambios en los precios relativos que llevan a sustituir esos recursos o servicios, ahora más escasos, por otros. Pero esto no es así: confiar en el mercado como única instancia para adjudicar valores a todos los recursos naturales tiene algunas limitaciones, ya que los mercados funcionan de hecho como mecanismo para la administración de escasez y los precios relativos son un reflejo de las relaciones (derecho) de propiedad.
En la actualidad comienza a afirmarse la conciencia de sustituir aquel paradigma productivo por otro distinto que se ocupe de la integridad del ambiente como una herencia que hay que dejar a las generaciones futuras (Conway, 1987; Marten, 1988), tomando fuerza el concepto de sustentabilidad.
La sustitución de los recursos lógicamente continuará siendo el principal factor de cambio tecnológico, aunque tal vez no exactamente con las mismas modalidades que impuso el paradigma de la línea utilitarista antropocéntrica.
Reducir costos y aumentar la potencia de cálculo. Aparentemente puede parecer una fórmula matemática con resultados indirectamente proporcionales, pero en realidad es el reto al que se enfrentan hoy gran parte de las empresas, en el marco de la actual coyuntura económica.
Con una orientación ecológica, el sector puede alcanzar el doble objetivo de reducir el impacto ambiental y, al mismo tiempo, aumentar su propia eficacia, ahorrando costos y energía.

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